Cae un 30% la incidencia de los expedientes de regulación de empleo

Es una de esas siglas que tristemente se popularizaron durante la crisis. En 2011, 2012 o 2013 raro era el mes en el que alguna noticia no incluía la expresión «ERE» en el titular. Los expedientes de regulación de empleo han sido uno de los grandes dramas laborales de los últimos años, empujando a miles de personas a la cola del paro. Pero este año, la incidencia de estos recortes laborales está siendo sensiblemente menor. Durante el primer semestre en la provincia hubo 837 afectados por ERE, lo que supone un descenso del 31% respecto al mismo periodo de 2014. Es una disminución menor que la registrada a nivel nacional, que fue del 44%.

A los signos de recuperación que vienen detectándose en el mercado laboral malagueño bajada del paro y aumento de la población ocupada y de las afiliaciones a la Seguridad Social se suma esta menor recurrencia de los expedientes de regulación de empleo, que tocaron techo en 2012 el año de la reforma laboral con nada menos que 6.638 personas afectadas en la provincia. Desde entonces las cifras han ido moderándose. De los más de 800 trabajadores que fueron incluidos en un ERE durante el primer semestre de este año, 199 fueron despedidos, un 24% menos que en el mismo periodo de 2014. El resto sufrieron medidas temporales: a 481 personas se les aplicó una suspensión de contrato (la única medida que incrementa su incidencia, concretamente un 13%) y a 157, una reducción de jornada (un 71% menos).

Este descenso no impide que Málaga siga a la cabeza de afectados por ERE a nivel andaluz, con casi una cuarta parte del total. Sin embargo, si se cuentan sólo los despidos, fue Sevilla la que se llevó la palma en el primer semestre con 303 puestos de trabajo perdidos, cien más que Málaga.

Entre los expedientes de regulación de empleo que han nutrido las estadísticas del primer semestre hay casos sonados como el de Eroski, que tras traspasar la mayoría de los supermercados que tenía en la provincia, ejecutó un despido masivo a nivel nacional que en Málaga impactó de lleno en su almacén logístico, con 45 empleados afectados. También Bimbo despidió a los veinte trabajadores que le quedaban en su fábrica antequerana tras tomar la decisión de cerrarla y concentrar su actividad en otras plantas de producción como la de Guadalajara.

En cambio, el ERE que ha ejecutado más recientemente Indra (con nada menos que 1.750 extinciones de contrato) ha pasado de puntillas por su centro de software malagueño, del que sólo ha tenido que salir un empleado.

Otro de los expedientes de regulación de empleo que más polémica ha provocado este año es el de la Fundación Sociolaboral Andalucía, dependiente de UGT y dedicada, paradójicamente, a prestar asesoría jurídica a afiliados de este sindicato en conflictos laborales. Presentó 27 despidos, cuatro de ellos en Málaga.