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La progenitora de la menor, acompañada de un grupo de madres  que se quejan del centro.
Expulsan a un niño de 12 años por clavarle unas tijeras a una compañera

Expulsan a un niño de 12 años por clavarle unas tijeras a una compañera

La menor permaneció un día hospitalizada e incluso tuvo que ser operada para suturarle la herida, que se produjo durante la clase de inglés

Juan Cano

Martes, 31 de mayo 2016, 00:33

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Una niña de 12 años ha sido operada en el Hospital Materno después de que un compañero de clase supuestamente le clavara unas tijeras en el antebrazo izquierdo. El menor, de la misma edad, ha sido expulsado durante un periodo de 29 días. La Delegación de Educación de la Junta de Andalucía ha abierto una investigación para aclarar lo ocurrido.

Los hechos sucedieron sobre la una y media de la tarde del jueves en el colegio público Los Ángeles, en la barriada malagueña de La Roca. Los dos escolares, que cursan sexto de Primaria, se encontraban en clase de inglés. Las versiones sobre cómo se produjo la herida difieren. Según relata a SUR la madre de la niña, Iris Galeote, su hija estaba copiando unos apuntes de la pizarra cuando sintió un fuerte empujón en la espalda y se hizo daño al chocar «bruscamente» contra la mesa.

La menor, entonces, se dio la vuelta y le propinó un manotazo a su compañero de clase, que «se tiró al suelo como si estuviera llorando», continúa. Cuando la maestra se acercó, «se levantó riéndose, fue a la mesa de otro niño, cogió unas tijeras (de punta roma) y atacó a mi hija gritando ¡te mato, te mato!». Según su versión, la «puñalada» iba dirigida al cuello, pero la niña interpuso el brazo izquierdo. «Se dio cuenta cuando los compañeros le vieron la sangre», añade Iris.

La madre fue avisada por el centro: «Me llamó la profesora y me dijo que se había producido un accidente con unas tijeras y que mi hija se había hecho un corte. Querían que fuese a recogerla para llevarla a urgencias, ya que estaban valorando si era para puntos o no», cuenta la mujer. «Fue mi madre a por ella porque yo estaba trabajando. Al recogerla añade supo que había sido una agresión, no un accidente». En el hospital le dijeron que se quedaba ingresada porque tenían que operarla requirió anestesia general para comprobar si había daños internos y suturar la herida. Afortunadamente, no los hubo y pudo recibir el alta al día siguiente.

Tras abandonar el hospital, la progenitora acudió directamente a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en el distrito Norte, donde denunció los hechos. «Me dijeron que no se podía hacer nada, porque tiene 12 años y es inimputable. Sólo puedo pedir responsabilidad civil al padre. Yo no quiero dinero de ese hombre, sólo busco que lleve a su hijo a algún sitio donde lo traten, porque necesita ayuda. Pero en vez de regañarle, puesto que lo que ha hecho es bastante grave, va y denuncia a mi hija», explica.

El padre del supuesto agresor sostiene que su hijo sólo le lanzó un estuche que ella le había tirado previamente y que contenía las tijeras. También acudió al hospital de hecho, coincidieron en urgencias para que le extendieran un parte de lesiones.

El hombre asegura que su hijo no es «conflictivo» (reconoce que ha sido expulsado tres veces), como sostienen tanto la progenitora de la menor afectada como otro grupo de madres que ayer se reunieron a las puertas del colegio y que relataron otros episodios supuestamente protagonizados por este niño. Se quejan de la gestión de este tipo de incidente por parte del centro, el cual, afirman, se ha convertido en una «jauría». «Era un colegio muy bueno, pero se está dejando. Hay clases que son un caos total, donde los alumnos se insultan, se pelean y se faltan el respeto. Según nos cuentan nuestros hijos, los diccionarios vuelan», subraya Iris. Una representante de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), que ayer la acompañaba, apunta que no hay herramientas educativas para luchar contra esta situación: «El alumno tiene una larga trayectoria de problemas y me consta que se le ha expulsado, pero no se ha arreglado nada. Lo único que se ha hecho es aplazar la solución. El protocolo está mal». Este periódico intentó conocer la versión de la directora, pero desde el centro rehusaron hacer declaraciones.

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