Borrar
Efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos (CPB), al intentar acceder al club, donde hallaron el cadáver de la joven rumana.
Las últimas horas de Alicia

Las últimas horas de Alicia

Envió un whatsapp a las 5.00 horas a una amiga pidiéndole ayuda para buscar piso

Juan Cano

Martes, 6 de diciembre 2016, 00:54

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Sin contrato de trabajo no puedo encontrar piso». A las 5.00 horas del domingo, Alicia intercambió varios mensajes de WhatsApp con su amiga Natalia la pareja de Francisco, uno de los socios del club California donde mostraba su preocupación porque no conseguía alquilar una vivienda. Ella le respondió que no se preocupara, que conocía un apartotel en Cancelada donde le habían arrendado una habitación a otra chica sin necesidad de presentar una nómina. Alicia decidió quedarse esa noche a dormir en el club, pese a la amenaza de tormenta, para ir a ver la mañana siguiente ese posible alojamiento. Una tromba de agua la sorprendió poco después de las nueve y anegó todo el establecimiento sin que pudiera escapar. Sólo le dio tiempo a hacer dos llamadas antes de que su teléfono dejara de dar señal.

Esta es la principal línea de investigación con la que trabaja la Policía Nacional tras tomar declaración como testigos a todas las personas que pasaron las últimas horas con Alicia, o que contactaron con ella por teléfono antes de su muerte, y conocer los resultados de la autopsia, que se realizó ayer en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga. El examen forense ha confirmado que falleció ahogada, por lo que las pesquisas se decantan por la hipótesis de un fatal accidente. Los investigadores sólo están a la espera de realizar lo antes posible una inspección ocular dentro del local, que hasta ahora no ha podido llevarse a cabo por el estado en el que quedó tras la inundación. Ahora se encuentra precintado y cerrado con un candado que han colocado los bomberos por orden de la policía.

Los agentes de la comisaría de Estepona se centran en reconstruir las últimas horas de la joven, que tenía 23 años (nació el 12 de febrero de 1993 en Rumanía). Alicia no era Alicia; ese solo era el nombre con el que la conocían en el mundo de la noche. La Policía Nacional ya ha logrado identificarla plenamente y ha contactado con su familia y su pareja, que iniciarán los trámites para la repatriación del cadáver.

La chica sólo llevaba unos días en Estepona, aunque en el club la conocían desde hace un par de años. «Había estado en Grecia, en Italia, después en Marbella...», comentaba Natalia el domingo. Hace aproximadamente una semana, se presentó de nuevo en el California y, al parecer, le pidió a uno de los empleados quedarse a dormir hasta que encontrara techo. «Nosotros apenas vamos por el local», explica Francisco, uno de los socios. «El encargado me llamó para decírmelo y le dejamos quedarse allí. No le damos unas llaves del negocio a cualquiera, pero la conocíamos y era muy buena chica, nada conflictiva».

El copropietario del negocio, que insiste en que ellos sólo cobran por las copas («lo que hagan las chicas en los reservados es cosa suya», recalca), mantuvo la misma versión en comisaría: «La noche antes de la tormenta, el encargado y el camarero, al cerrar, se ofrecieron a llevar a Alicia a la casa de una amiga en Marbella para que no se quedara allí sola. Al ver la tormenta, le advirtieron de que el local ya se había inundado hace nueve años y que el agua llegó a la barra, pero ella insistió en quedarse porque a la mañana siguiente tenía una cita para ver una vivienda de alquiler».

Dos puertas con candado

El club California, de unos 80 metros cuadrados, con camas y reservados, está detrás del centro comercial Costasol, junto a la salida de la A-7 a la altura del Saladillo, en un local a tres metros bajo la rasante de la calle. Tiene dos puertas. Una interior, de madera, y otra exterior, de rejas, cerradas ambas con candados. «Alicia sólo ponía uno», recuerda Francisco.

Sólo le dio tiempo a realizar dos llamadas cuando el agua empezó a entrar por puertas y ventanas. La primera, al encargado del negocio, que vive en Málaga y que llamó rápidamente a los propietarios y a los bomberos. La segunda, a Natalia, quedó registrada a las 9.37 horas en el teléfono de esta. «Ya no podía salir y le dije que se subiera a la barra, que es bastante alta», comenta la última persona que la escuchó con vida. «Después, le dije: Tranquila, tranquila, que mando ya a los bomberos». La llamada se cortó y el teléfono de la joven rumana no volvió a dar señal.

Los servicios de emergencias recibieron varias llamadas alertando de que había una chica en apuros dentro del club. Aunque acudieron inmediatamente, el agua llegaba ya casi a la altura del letrero del local. Tuvieron que ser los buzos del consorcio provincial (CPB) los que franquearan el acceso a través de una de las ventanas del California. Dentro, junto a la barra, encontraron su cadáver.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios