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Imagen de un aseo de los Asperones, que enseñaba ayer Ramos a otros ediles.
Los Asperones:«Una vergüenza»

Los Asperones:«Una vergüenza»

Se aprueba por unanimidad una moción de IU para que la Junta desmantele las chabolas pidiendo fondos europeos. Habrá una oficina de acogida al refugiado en la calle Cuarteles

Pilar R. Quirós

Martes, 17 de enero 2017, 00:56

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Empezando el año y sin querer volver la vista atrás, aunque lleva lloviendo en el poblado chabolista hace más de 30, al grupo municipal socialista le tocaba amargarse la mañana con los tirones de orejas sucesivos que todos los grupos políticos le daban a la gestión de la Junta, que en todo este tiempo no ha sido capaz de desmantelar la barriada de Los Asperones. Vergüenza fue la palabra usada por todos, a excepción de Ciudadanos, cuyo concejal Alejandro Carballo, que se centró más en los problemas de entendimiento del Gobierno andaluz y el Ayuntamiento.

La edil de IU-Málaga para la Gente, Remedios Ramos, hablaba de primera mano en la comisión de Derechos Sociales, ya que la semana pasada su grupo había visitado el «barrio de infraviviendas» que cada vez recuerdan más a las «favelas de Brasil». Ramos se quejó de que no sólo se habían desmantelado las viviendas que la Junta se había comprometido, sino que en los últimos tiempos se habían creado más. «Tendrían ustedes que ver en qué cama duerme una persona operada de cáncer de colón o cómo viven niños que tienen neumonía».

«La Junta de Andalucía tiene que pringarse», decía coloquialmente la edil de IU, que sin embargo también miraba al concejal de Derechos Sociales, Julio Andrade, y le decía que el Ayuntamiento también se tiene que involucrar.

Vergüenza fue la palabra que exprimió, que más tarde también serviría para la intervención de Andrade, que elevó la situación del poblado chabolista a «una de las mayores vergüenzas de la Junta de Andalucía en Málaga» y explicaba que en este tiempo el Ayuntamiento ha gastado 2,6 millones de euros en suministro eléctrico, agua y zonas comunes, y que hay una partida anual de 120.000 euros a otros menesteres, frente a los 20.000 euros que tiene el Gobierno andaluz este año para la barriada. «Díganme que esto no es para avergonzarse», decía mirando la bancada de la oposición.

El edil no adscrito, Juanjo Espinosa, que continúa errante sin despacho en su particular desahucio municipal, también subrayaba el mismo concepto:Vergüenza y presión. «Pongámosle la cara colorada a la Junta, o si no hagámoslo nosotros poco a poco». Ysu ex compañera de grupo municipal, Málaga Ahora, Isabel Jiménez, hablaba que no se puede mirar para otro lado. «Somos los responsables de lo que está pasando».

A la edil socialista Estefanía Martín Palop, que le tocaba el asunto, sólo le quedaba por decir lo que dijo escuetamente:«Vamos a apoyar la iniciativa y a seguir avanzando de forma efectiva». Cuando las evidencias son patentes, mejor no iniciar una defensa estoica. Esta vez, a diferencia de lo que ocurrió en el debate de la sanidad y el tercer hospital, que votaran en contra en el pleno, se posicionaron a favor. Era de cajón.

Intervenía la directora de Derechos Sociales del Ayuntamiento Ruth Sarabia para puntualizar que en los Presupuestos de la Junta de este año no hay ninguna partida para desmantelar este núcleo chabolista y ponía el punto de mira en las subvenciones europeas que se pueden demandar, pero sólo desde el Gobierno andaluz, para esta cuestión, por lo que IU-Málaga para la Gente apoyó la enmienda, y se votó instar a la Junta a pedirlas. Como no podía ser de otra manera, frase recurrente que usan los ediles en todas las comisiones, salió adelante por unanimidad.

El PSOE pide más medidas: 355 refugiados en Málaga

Antes, había tocado el turno de los refugiados, y la edil socialista Estefanía Martín Palop le había afeado al alcalde Francisco de la Torre, que no estaba presente, lo siguiente:«Se alegrarán de que seamos pioneros. El alcalde no puede ir, y menos siendo católico, a decir mentiras en la sede del Vaticano. Málaga no ha sido pionera en sus políticas de ayuda a los refugiados. Va a ser que han suspendido en su gestión municipal». Se refería la edil socialista a la oficina que De la Torre dijo que se había abierto de forma pionera para atender a los refugiados en Málaga cuando asistió en Roma a la cumbre de regidores europeos para tratar este asunto el pasado mes de diciembre en Roma, y que, sin embargo, todavía no está abierta.

Cerraba Martín Palop el turno de palabras porque era una moción socialista y el edil Julio Andrade no le contestaba a este particular. Sin embargo, sí hacía un inciso la concejal de Málaga Ahora, Isabel Jiménez, para decir que las ciudades pioneras en esta materia habían sido Madrid y Barcelona. Y ahí quedó.

Antes, Andrade explicó que, efectivamente, se creará la Oficina de Atención a las Familias Refugiadas para la que han cedido las antiguas instalaciones municipales de Gestrisam en la calle Cuarteles, con 500 metros cuadrados, cuya rehabilitación corre a cargo del Ayuntamiento, y que se inaugurarán en el primer trimestre de este año. También enumeró una serie de medidas que se habían puesto en marcha, entre ellas campañas en Facebook y Twitter que Martín Palop le reseñó que nadie, ni siquiera las ongs que llevan este asunto habían visto. Explicó el edil de Derechos Sociales que desde que Málaga se convirtió en ciudad refugio, en septiembre de 2015, hay censadas 355 refugiados; que el Ayuntamiento abrió una cuenta de emergencia, con 30.000 euros, que se han destinado a las asociaciones Cear, Accem y Cruz Roja, y gracias a ella se están realizando formación e inserción laboral, así como 100.000 euros que se han destinado a Cáritas para 40 alojamientos para familias refugiadas.

Interesante también es que 250 personas se han puesto en contacto con el Ayuntamiento para ofrecer recursos propios, desde viviendas hasta dar clases de lengua española. Finalmente, la moción socialista salía adelante por unanimidad para que la citada oficina sea una realidad en 2017 y que se ponga en marcha una campaña de sensibilización sobre este asunto.

IU: La placa a Norman Bethune

La edil de IU-Málaga para la Gente, Remedios Ramos, consiguió que el Ayuntamiento ponga una nueva placa porque la actual está deteriorada al médico canadiense Norman Bethune, que asistió a los malagueños que huían por la carretera de Almería en febrero de 1937 y que fueron bombardeados cuando las tropas nacionales tomaban la ciudad. Así mismo, se aprueba instar a la Junta a que instale en esta misma zona el cartel de Lugar de la Memoria Histórica.

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