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Juan Soto
Miércoles, 18 de enero 2017, 00:56
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La floristería Layen se ha marchitado como las miles de flores que ha vendido en sus más de 50 años de vida. El histórico establecimiento ubicado en pleno Centro ha anunciado el cierre del negocio y ha comenzado a liquidar toda la mercancía el mismo año que cumpliría sus bodas de oro. Según reseña su propietaria, la peatonalización del entorno y la bajada de las ventas han provocado la drástica medida.
Layen, acrónimo de Laura y Enrique, los fundadores de la tienda, abrió en diciembre de 1967 en la calle Duque de la Victoria, número 13, y por ella han pasado gran parte de las familias y novias malagueñas. Laura Ferrer, la hija de los creadores, recuerda que sus padres la abrieron siendo novios y que ahora deciden cerrarla «tras un largo viaje porque el Centro se ha quedado enfocado a bares y restaurantes». Aunque no tiene una fecha fija de cierre, espera hacerlo a finales de mes, cuando liquide todo lo que les queda.
Recuerda que sus abuelos eran farmacéuticos y que se sorprendieron mucho cuando sus padres decidieron emprender la aventura con una floristería. «Fue la primera de Málaga, porque entonces sólo estaban los puestos en la plaza de Félix Sáenz, aunque eso era otra cosa muy diferente».
Comenzaron con un local muy pequeño en la misma esquina, aunque tres años después ya ocuparon todo el espacio actual. «Hemos crecido muy poco a poco gracias al cariño de las familias malagueñas», resume. En esta última época sólo estaba ella al frente de la tienda, aunque en los mejores años llegaron a tener hasta cuatro empleados.
Asegura que desde que anunciaron el cierre, multitud de empresarios se han interesado por quedarse con el local, que es propiedad de su familia. Como era de esperar, la mayor parte de ellos son para negocios de hostelería, aunque ella se resiste a que Layen termine siendo un bar o un restaurante. «El Centro ya está lleno y me da mucha pena que estén muriendo todos los negocios tradicionales», sostiene.
Desde que anunciaron el cierre a principios de enero asegura haber recibido numerosos mensajes de cariño tanto en persona como en las redes sociales, y que muchos de ellos le han llegado muy profundo. «Nos dejan mensajes con mucho cariño, algunos incluso en donde nos dicen que echarán de menos ver nuestros escaparates vacíos porque les inspiraba». Ahora adelanta comenzará para ellos una nueva etapa. «No queremos irnos con pena», asume.
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